hoy ha salido el sol

Y a mí me da igual lo que digan. Febrero es el mes más largo del mundo.

A mí un febrero me sirve para enamorarme de ti, para volverme una idiota. Para ser feliz.

Me sirve para empapelar mis paredes con celofán de colores, para saltar por la calle de charco en charco y ponerme a bailar cuando suena un violín en la calle del Campoamor.

A mí febrero me da para acabar con el mundo. Para arrancar tus sonrisas de cuajo y ponérmelas de bufanda. Para echar una rayuela en tus pestañas y comerme los acentos de tu nombre.

A mí en 28 días me da tiempo a tejer una cortina entre tu mirada y la mía, a saltar a la comba entre tus manos y a pintar de colores las uñas de tus pasiones.

Febrero me sirve para enamorarte. Para hacer contigo un dúo de lujuria y frenesí. Para saciar juntos nuestros deseos más vehementes.

Con Febrero, nosotros hacemos una aleación de ternura, cariño, erotismo y pasión que hace goteras en el hueco entre tú y yo.

Y, cuando el año cae bisiesto, el día que nos sobra te lo arranco de tu pecho con los bocados de mi esternón.