En la mesa

Sobre la mesa, su taza de té a medio empezar le lanzaba reproches en silencio. Sus intenciones al iniciar aquella conversación probablemente fueron las más inocentes, pero habían desencadenado una discusión que estremeció los cimientos más profundos del edificio. Había comenzado la conversación mientras se tomaba el primer sorbo de té pero, cuando llegó la hora de dar el segundo, la discusión ya era tal que la taza había sido relegada a una esquina de la mesa.
En su regazo, el libro que estaba leyendo antes de que ella llegara estaba a punto de cerrarse, perdiendo la marca de su lectura. No quiso recoger la pequeña tarjetita con la que solía señalizarlo de encima de la mesa. No quería que pensara que no le importaba la conversación.
En su oído, aún permanecía un pequeño eco de las últimas palabras que le había dirigido antes de callar y mirar al suelo. Palabras que había lanzado cual cuchillos afilados que lograron dar justo en el blanco.
En su corazón aún seguía, vívida y firme, la imagen de aquella primera noche en que la conoció. Sus ojos brillaban con un tono especial bajo la luz artificial. Su pelo, rubio y suave, se agrupaba en una sencilla coleta que dejaba escapar algún que otro mechón hacia la cara.
En su mente aún era capaz de reproducir las mismas sensaciones que le embargaron la primera vez que olió su perfume. Aquellas maravillosas sensaciones.
En sus ojos vio que aún no había terminado. Quería decirle más. Mucho más.

4 comentarios:

Noviembre dijo...

¡! O.o me encanta Nuuuch...!!!
creo que este es mi preferido!!

Lázaro Suárez © dijo...

La negrita del comienzo de cada párrafo es un acierto, vaya si lo es. indicas distintos niveles de sensibilidad y de percepción

me gustó ese detalle

y el escrito en general.

bonito

un saludo

Lázaro Suárez © dijo...

gracias por pasarte.

lamento decirte (no tanto) que los diálogos se terminan aquí!

una sonrisa;)

Unknown dijo...

voy poniendome al dia desde aki que es lo último que habia leido, las vacaciones y el ajetreo diario que lian a una ;)