de repente abril


Bienvenida a la primavera.
Pasa y siéntate. No te cortes, ponte cómoda, que yo mientras pasearé los atardeceres más hermosos ante ti, las brisas más reconfortantes y los paisajes más paradisíacos con los que nunca hayas soñado.
Relájate, disfruta y déjate llevar por las sensaciones que se apoderan de ti y piensa que esa será la forma que tengan el resto de tus días. Junto a mí.

Porque si te quedas, yo te digo que hacemos del mundo una primavera sin fin, con el brotar de sentimientos como brotan las flores en el campo, con el rubor de tus mejillas alimentándose del primer sol de la mañana.
Tan vespertino como el primer amor. Como despertar de madrugada abrazado a tu esternón.
Como transformar la lluvia en arco iris con el brillo de tus ojos y alejar el frío de la noche con el calor de nuestros cuerpos.

Si quieres, yo te quiero hasta que el mundo se coma a sí mismo y lo único que quede sea su piel dada la vuelta.
Si me dejas, te enseño el olor de la felicidad en un tarro de mermelada y envuelvo tu habitación con vainilla y frambuesa.

Si te quedas, hacemos de la luna nuestra lámpara de noche y dejamos las partículas de nuestro amor flotando en su ingravidez.  

Porque contigo, la primavera es infinita y las noches, un paseo en barco por el Sena.


** Allá por Abril, el gran Balagar Fartón publicó una foto en la red social de turno con un título parecido a “bienvenida a la primavera”. En ese instante a mí se me ocurrió esto, que ve la luz hoy. Será esa otra de las grandezas de Balagar, que aun no queriendo, inspira a los demás.

las cosas que nunca te digo


Tienes en la mirada la habilidad para derrumbar castillos.
En tu aliento la capacidad de desintegrar mis huesos.
Y en tu pelo el ingenio para enredarme sin remedio.

Tienes entre las uñas ápices de mis entrañas.
Entre los brazos nubes de mis recuerdos.
Y en tus palabras la llave de mi cordura.

Tienes entre cada pestaña la diana de mis pupilas.
En tu ombligo el telescopio por el que miro el firmamento.
Y en tu boca la solución para los problemas del mundo.

Tienes con tus besos el poder de demoler mis dilemas.
En tu sonrisa la alegría de mis días.
Y en tu pecho el refugio para mis horas tristes.

Tienes, entre las manos, el universo de mi vida.