9

Se levantó y sacó el disco del reproductor.

Fue la última vez que lo escuchó. Después de echarle un último vistazo lo agarró entre sus manos y lo partió en dos, tirando a la basura aquel pedacito de plástico que con tantos recuerdos le castigaba.

Había tardado demasiado en hacerlo. Demasiado, hasta el punto de ser irreparable. Los acordes y melodías que lo plagaban, hacía tiempo que ya eran parte de él. Ya no importaba que lo tirara, lo quemara o lo rompiera; su contenido se reproduciría día y noche sin descanso, sin tregua, recordándole lo que tuvo, lo que se fue, lo que nunca llegó.

La primera canción era la que sonaba cuando la conoció. La segunda sonaba cuando mantuvieron su primera conversación, una superficial, de esas que no valen nada, pero una conversación al fin y al cabo. La séptima sonó en su primer beso y la última...La última puso banda sonora a la separación más dolorosa.

Sabía que todas permanecerían eternamente en su memoria, pero había una, esa condenada número 9, de la que nunca conseguiría un descanso. Seguiría taladrando cada escondite de su mente hasta el fin de sus días. Porque la número 9 era la que ella le cantaba suavecito al oído cada noche, cada mañana al despertar, siempre que estaba triste, y también si estaba alegre. Siempre la 9. En su mente, la canción auténtica se confundía con la voz melosa de ella, haciéndolo todo aún más doloroso.

Tiró el disco e intentó que su mente pensara en otra cosa, otra canción, lo que fuera. Pero nada sirvió. Su cerebro estaba completamente ocupado en construir reproches que le echaban en cara haberla dejado marchar…

Porque nunca nadie te querrá como ella.
Porque nunca nadie te hará sentir como ella.
Porque nunca nadie te mirará como ella.
Porque nunca nadie te hablará como ella.
Porque nunca nadie te tratará como ella.
Porque nunca nadie te volverá a cantar al oído.


Desde la papelera, el disco se reía de él, porque sabía que aunque estaba roto, seguiría sonando eternamente en su mente desquiciada por el dolor.

Princesa

Me dices princesa y la habitación, la casa, el mundo, parece desvanecerse y creo ser capaz de todo por llegar hasta ti y darte un abrazo. Pero uno de verdad, de esos que quitan el miedo que nunca creíste tener y te hacen pensar que nunca nadie te había querido igual.

Me dices princesa y me creo capaz hasta de caminar a pie un mundo, sólo por ese momento, ese en el que tus ojos reflejan la felicidad, el amor, todo lo bueno que hay en el planeta. Todo ello y un poco más, concentrado en tu mirada.

Me dices princesa y suena tan bonito como la frase más poética que mi mente puede concebir, más bonito que una frase escrita en el centro de un corazón sobre un muro abandonado. Más bonito que la canción más romántica de la historia.

Me dices princesa y sólo quiero corresponderte, quiero dártelo todo; más de lo que tengo, más de lo que soy, incluso más de aquello en lo que me convertiré un día.

Me dices princesa y mi sistema entero se desequilibra produciendo un cortocircuito de te quieros y te adoros en el interior de mi organismo.

Me dices princesa y sólo me importas . Y tú te conviertes en mi universo; transparente, feliz e inmenso, extendiéndose exponencialmente con un límite infinito.

Me dices princesa y cualquier problema se hace tan pequeño como una canica en las manos de un niño a las puertas de un colegio, que pasa de mano en mano hasta que al final se acaba perdiendo.

Me dices princesa e, incluso si no estás a mi lado, tu imagen despierta, clara, en mi mente. Y te veo tan real como si fueras el papel que tengo entre las manos o el teléfono sobre la mesa. Veo tu rostro, veo tu pelo, veo tus manos sobre las mías.

Sólo me dices princesa, pero en realidad me dices más. Me dices que te importo. Me dices que te gusto. Me dices que me quieres. Me dices un mundo.
***

Tus ojos

Tirado en el sofá escuchabas, relajado, la voz tranquila del presentador de un programa de radio. Nunca entenderé esa capacidad tuya que siempre te permitió abstraerte por completo de todo aquello que pudiera estar pasando a tu alrededor. Como las noticias que narraba el locutor, como los gritos de dos borrachos que discutían en la puerta de un bar a unos metros de nuestro portal, como la televisión a todo volumen de los vecinos, como yo.

Solías hacerlo siempre que discutíamos y más de una vez no pude evitar mirarte atónita mientras te quitabas los zapatos y te acomodabas plácidamente. A veces, incluso una sonrisa asomaba tu rostro cuando alguien bromeaba en la radio. Entonces, consciente de que yo aún estaba allí, dejabas de reírte y me mirabas desafiante, retándome con la mirada a reanudar la discusión. Siempre fue tu mejor estrategia. La mía siempre fue el silencio.

Convencido de mi dependencia de nosotros; de tí, siempre te aprovechaste, siempre lo viste como una ventaja sobre mí, como una forma de controlarme, de jugar conmigo a tu antojo. En eso coincidimos, pues yo siempre lo consideré mi mayor debilidad.

Muchas veces me iba a la habitación para no ser esclava de esa mirada arrogante y allí intentaba imitarte. Cogía un libro y ponía toda mi concentración en enterarme de lo que pasaba en las páginas que ocupaban mis manos. Pero era tan inútil como lo sería una caricia en un cuerpo magullado e insensible. Nunca cejé en mi empeño, nunca me dí por vencida. Vez tras vez volvía a sentarme sobre la cama agarrando el libro con furia. Podría contar con una mano las veces que logré terminar un capítulo, mientras tu mente perdería la cuenta al recordar todos los programas que escuchaste sin desviar un ápice el hilo de tu pensamiento.

Cuando creías que ya había sido suficiente, sentía cómo apagabas la radio y tus pasos se dirigían al baño. Mientras te lavabas los dientes, yo me miraba en el espejo y me intentaba convencer de que esta vez sería diferente, de que esta vez no conseguirías persuadirme. Lo único que tenía que hacer era no mirarte a la cara. Sólo no mirarte.

Escondí mi cabeza en el armario, muy muy abajo, pensando que cuanto más abajo, más tardarías en encontrar mis ojos. Sentí la puerta cerrarse y unos pasos tras la cama que se dirigían, seguros, hacia mí.

Tus manos agarraron mis hombros con delicadeza y me forzaste suavemente a incorporarme. Me diste la vuelta, mientras yo fijaba mi mirada en el suelo. Intentaste abrazarme pero no te dejé; aparté tus brazos con los míos contenta y pensando que, por una vez, ganaba. Pero enseguida encontraste una ocupación más peligrosa para tus manos que fue levantar mi rostro, levantarlo y hacer que te mirara. Intenté evitarlo, intenté que no ganaras con todas mis fuerzas pero lo volviste a conseguir. Y en el momento en el que elevé mis ojos, los tuyos me hipnotizaron.

Esa noche te dormiste en mis brazos, y yo estuve en vilo, sintiendo cada parte de tu cuerpo junto al mío, deseando que nada hubiera pasado. Porque te quería. Te quería tanto que me dolía.

Cuando se hizo de día, tú abrazabas la almohada y la manta apenas cubría tu espalda, mientras tu pie derecho asomaba por una esquina de la cama. Y fue mientras te observaba, que empecé a hacer las maletas. Guardé mi corazón y mis lágrimas, mis reproches y mis inseguridades junto con todos mis rencores. Todo ello envuelto por las caricias que un día me diste, por los dulces pensamientos de los que un día me hiciste protagonista, de los besos que me diste y los te quiero que escribiste.
***

Ipod Review III. Jorge Drexler

**Nunca he ido a un concierto que haya disfrutado más que los de Jorge Drexler**

Se le empezó a conocer más debido a la polémica del 2005, cuando le nominaron al Oscar por el tema "Al otro lado del río" y no le permitieron interpretarla. Pero, lo cierto es que Drexler ya tenía 6 discos a sus espaldas para cuando todo este revuelo sucedió.
Desde entonces ha publicado, además de Eco, 12 Segundos de Oscuridad y una edición especial, titulada Cara B, en la que no solo interpreta alguna de sus canciones, sino que también versiona a diferentes artistas y pone música al informe médico de su fractura de escafoides (Genial, sin más!).
Jorge Drexler es muy grande. Tanto, que no se me ocurren las palabras adecuadas para describirlo. ^^
Voy a poner una canción pero con Drexler, sólo una no es indicativo de nada, porque cada canción es un mundo. Así que os recomiendo que escuchéis más de lo que aquí pongo!
Además, también pongo una entrevista que le hicieron no hace mucho, porque me encanta las cosas que dice siempre en las entrevistas.

*Don de Fluir por Jorge Drexler


* Entrevista en No Disparen Al Pianista

Umwelt I. La mosca

El etólogo von Uexküll definió “umwelt” como el mundo sensorial y perceptivo propio, característico de cada especie animal. Nacho Loy lo explica como la pregunta “qué es ser X bicho”. Sin importar la forma en que se explique, lo que se hace es intentar dejar de lado una tendencia antropomorfizadora que tiende a pensar que los demás bichos perciben igual que los humanos. Sabemos que esto no es así, ya que hay animalillos con sentidos mucho más desarrollados que los nuestros, y viceversa. Pero, aunque lo sabemos, sigue siendo difícil tenerlo presente en el día a día.

Pues bien, cuando te da clase un gran profesor (como el que a mí me da) suele conseguir motivar a los alumnos a querer saber más aún de lo que se explica en las clases. Y eso es lo que me pasa a mí. Por eso he pensado indagar un poco más en el Umwelt de algunos animalitos para poder ampliar mis conocimientos comparados.

Intentaré ir actualizando la sección de los Umwelt a medida que aprendo cosas nuevas pero probablemente me lleve mi tiempo, porque hay mucho que aprender.

De momento hoy pongo solo unos poquitos datos de lo que implica ser mosca:
  • Sus ojos se componen de muchas facetas o lentes individuales, cada uno representando una unidad individual para detectar la luz. Estos ojos no tienen párpados, por lo que la mosca se frota los ojos con las patas para mantener sus ojos limpios.
  • Mientras que el espectro visible en los humanos va desde los 380 nm a los 750 nm (o lo que es lo mismo, del violeta al rojo), en el caso de la mosca este espectro va desde los 360 nm a los 588 nm (de la luz ultravioleta al rojo claro).
  • Las imágenes que se crean en el cerebro de la mosca están formadas por un mosaico de minúsculas imágenes individuales que se combinan para generar una imagen formada por pequeños ‘puntos’.
  • Los pelos que cubren su cuerpo les permiten saborear, oler y sentir. Los que están en las cavidades bucales y en las patas de la mosca se usan para saborear. Así, se puede decir que las moscas saborean lo que pisan.
  • Además de estos pelos para saborear, también usan otros para percibir cuando tocan algo ya que se doblan al entrar en contacto con los objetos.
  • Ninguna mosca es capaz de morder o masticar.


**Ya iba siendo hora de hacer una actualización diferente a las últimas...^^

La soga

Lo que no me dicen tus labios,
me lo dicen tus ojos
cuando callas bruscamente
y me miras con recelo.

Lo que no me dicen tus ojos,
me lo dicen tus manos
cuando mueves, furiosa,
una servilleta entre los dedos.

Lo que me oculta tu sonrisa
me lo dicen tus abrazos
que me rodean como la soga
del suicida más certero.

Lo que no me dicen tus manos,
me lo cuenta tu silencio
escapando entre resquicios
de una boca congelada.

Lo que pasa por mi mente

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una…

semana hace que no te veo y no me llamas. Me pregunto por qué mientras reviso constantemente la luz de mi contestador. Un brillante punto verde se encarga de informarme de la ausencia de llamadas, tuyas o de cualquiera.

[…] Tenía en su casa un ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza…

en la que te ví por última vez…y parecías contento, alegre. Nada iba mal a simple vista y no me explicaste nada. Pero el timbre del teléfono sigue sin interrumpir mi lectura. Sólo lo hacen estos persistentes pensamientos.

[…] Pero esto importa poco a nuestro cuento

El que tú me contaste, aquel en el que me hiciste creer que era tu Dulcinea, tu Cenicienta. La princesa de una película Disney pero sin el final feliz que todo niño anhela al atravesar, con cuidado, la oscura sala del cine.

[…] Es, pues, de saber que

me engañaste. Y lo sigues haciendo pues mi mirada viaja constantemente al otro lado de la habitación, esperando que mi móvil empiece a hacer movimientos descontrolados al activar tu llamada la función de vibración.


[…] La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía

los mensajes que me enviabas, en los que todo era bonito y me decías que me amabas.

[…] Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio…

y yo también cuando recuerdo tu sonrisa, cuando recuerdo tu mirada posada sobre mi, tus manos acariciando mi pelo. Tus manos.

[...] Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas

que me provocas y en las que hurgas sin siquiera ser consciente mientras estás en tu casa, ajeno a la lucha que mantiene mi cabeza por conseguir acabar un solo capítulo.

[…] Decía mucho bien del gigante Morgante, porque, con ser de aquella generación gigantea, que todos son soberbios…

como tú, que siempre observaste el mundo desde arriba, desde un punto al que nadie pudo llegar mientras yo te conocí.

No me harás perder ni un capítulo más.
**Para las mentes de aquellos que piensan más de la cuenta diré que ni esto, ni nada que se le parezca, es lo que pasa por mi cabeza! ^^

De día

Su vida se complica. Ya nada la tranquiliza, ya nada la relaja. Su ocupada mente se llena de problemas con cada pequeño paso que da el segundero en el reloj de su mesilla de noche.
Oye el tic tac y piensa en lo que le espera mañana y aún más lejos. Piensa en el mes que viene, piensa en su futuro.
Fija su mirada en el calendario que cuelga en el centro de la pared y observa las cruces rojas que llenan los diminutos cuadritos que conforman la cuadrícula. No sabe qué la asusta más, un ya cercano 19 de diciembre o el fatídico 30 de enero que se transparenta en la siguiente página entre múltiples marcas aún más cercanas.
En la cama, gira sobre sí misma y da la espalda a la responsabilidad, solo por una noche, solo por un momento. Se gira y piensa que mañana se levantará y saldrá de casa si que nadie se de cuenta de las elucubraciones que la noche trae consigo para ella.
La verán, caminando con una sonrisa, saludando alegremente, hablando afablemente y conseguirá ocultar sus preocupaciones más profundas. Sólo mientras la luz del día bañe su rostro.

**Porque de vez en cuando no está mal presionarse un poco para actualizar y hoy la presión se llamó Paula. Puede que no sea lo que espera, pero nadie manda en las musas!

En la mesa

Sobre la mesa, su taza de té a medio empezar le lanzaba reproches en silencio. Sus intenciones al iniciar aquella conversación probablemente fueron las más inocentes, pero habían desencadenado una discusión que estremeció los cimientos más profundos del edificio. Había comenzado la conversación mientras se tomaba el primer sorbo de té pero, cuando llegó la hora de dar el segundo, la discusión ya era tal que la taza había sido relegada a una esquina de la mesa.
En su regazo, el libro que estaba leyendo antes de que ella llegara estaba a punto de cerrarse, perdiendo la marca de su lectura. No quiso recoger la pequeña tarjetita con la que solía señalizarlo de encima de la mesa. No quería que pensara que no le importaba la conversación.
En su oído, aún permanecía un pequeño eco de las últimas palabras que le había dirigido antes de callar y mirar al suelo. Palabras que había lanzado cual cuchillos afilados que lograron dar justo en el blanco.
En su corazón aún seguía, vívida y firme, la imagen de aquella primera noche en que la conoció. Sus ojos brillaban con un tono especial bajo la luz artificial. Su pelo, rubio y suave, se agrupaba en una sencilla coleta que dejaba escapar algún que otro mechón hacia la cara.
En su mente aún era capaz de reproducir las mismas sensaciones que le embargaron la primera vez que olió su perfume. Aquellas maravillosas sensaciones.
En sus ojos vio que aún no había terminado. Quería decirle más. Mucho más.

Mateo

Maravilloso,
Adorable,
Tierno,
Extraordinario,
Ojos (sí, así sin más, por esa mirada ^^)



Cuando Mateo te mira mal, tú sonríes.
Cuando te aprieta el dedo con su diminuta manita, tú sonríes.
Cuando respira, tú sonríes.
Cuando se duerme, tú sonríes.
Cuando come, tú sonríes.
Cuando cambia la cabecita de lado, tú sonríes.
Cuando levanta la cabecita, tú sonríes.
Cuando abre la boquita, tú sonríes.
Cuando abre un ojo sí y uno no, tú sonríes.
Cuando se estira, tú sonríes.
Cuando hace pucheritos, tú sonríes.
Cuando acaricias su mejillita, tú sonríes.
Cuando él sonríe, tú sonríes.
Ohhh, Mateo!



Suspiro de felicidad

Dices que te gusta despertarte a media noche y observarme mientras duermo. Que te calma, te relaja. Te gusta imaginar lo que puedo estar soñando; te gusta imaginar que, cada sonrisa inconsciente que mi boca dibuja, es debida a tu presencia en mi inconsciencia.

Respiras con cuidado e intentas no moverte pero, a veces, no puedes aguantarlo y una caricia escapa de tu mano aterrizando en mi cabello. Suavemente, retiras un mechón de pelo que estorba mi frente y, asustado, ves cómo me estremezco y me muevo, pensando, mientras subestimas la profundidad de mi sueño, que despertaré en cualquier momento.

Tu miedo a despertarme es tan grande que te privas de abrazarme y te conformas con sujetar débilmente mi mano entre las tuyas.

Lo que nunca te he dicho es que, cuando tú te despiertas y me miras, yo ya hace tiempo que me he desvelado y espero, impaciente, que tu lado de la cama se empiece a revolver, indicándome así que tu sueño ha terminado.

Porque, así como a ti te encanta verme dormir, a mí me encanta oír tu tenue respiración junto a mi mejilla mientras cierro los ojos, dejando escapar alguna de esas sonrisas que tanto te gustan y revolviéndome de vez en cuando si me rozas. Alimentando así esa fantasía tuya en la que eres el protagonista de mis sueños.

Hago esto, porque me gusta la felicidad que desprende tu mirada cuando te levantas por la mañana, aún a pesar de no haber dormido nada. Lo hago, porque tal vez no seas protagonista de mis sueños, pero lo eres de mis pensamientos. Y las sonrisas que dejo huir de mi rostro no son forzadas, sino que escapan, libres, cuando siento tu mirada sobre mí.

TV Series. The IT Crowd

Hacía tiempo que quería hacer una seccioncilla de series pero ni se me ocurría un nombre, ni sabía cómo empezar ni nada de nada...Pero ésta oportunidad no se puede dejar pasar, así que el nombre más sencillo que se me vino a la cabeza me vale, con tal de aprovechar. Y es que, qué mejor momento que éste para estrenar una sección de series; qué mejor momento que la semana en que vuelve la grande, la maravillosa, la extraordinaria, la genial (...) The IT Crowd!!!

Y tienen el honor de inaugurar ésta sección porque los 12 capitulos emitidos hasta ahora siguen en los primeros puestos de la lista "últimos archivos utilizados" de mi ordenador. Porque me siguen cayendo lágrimas de risa cada vez que veo a Roy a punto de "morir" por un teléfono movil (o cuando lo veo utilizando el baño que no debería, o con los labios pintados, o atascado bajo una mesa, o publicando un anuncio en Lonely Hearts.com...). Porque no soy capaz de aprenderme la matrícula del coche pero no tengo dificultad recordando 0118 999 881 999 119 725..3. Porque me gustaría parar un taxi al estilo de la Jen Soviética (o cualquiera de las demás veces que grita TAXIIII). Porque ver a Richmond tras la puerta roja casi me hizo explotar. Porque Denholm diciendo "nice screensaver" no tiene precio (ni nada de lo que vino después). Porque el mejor video corporativo que he visto hasta ahora es el de Douglas. Porque ninguna visita moló más que la de la tía Irma. Porque Moss hablando de la guerra de Irak..... (los puntos suspensivos hablan por sí solos).

The IT Crowd - 3ºTemporada - 21.11.08 DOS DÍAS!!!!

[Algún día me curraré otra entrada con videos de todos los grandes golpes que tienen el trío informatico (y diciendo más del pobre Moss, que casi no lo nombré, y eso es imperdonable)]

Vino

Camina despacio. Nadie le espera en ninguna parte.
Hace frío y es temprano; el gélido y madrugador viento ha empezado una batalla en su contra en la que solo consigue aguantar gracias a un desgastado abrigo que, forrado de tupida lana, impide el paso a su implacable enemigo.

Su paso sigue un ritmo irregular, vacilante, tambaleándose en forma de casi imperceptible letra S. Apenas puede recordar cuándo fue la última vez que caminó de forma firme y decidida; el tiempo en que caminar por la calle tenía un objetivo; cuando caminaba y sabía a dónde iba…y alguien le esperaba.

Piensa en el pasado. A veces lo hace; se acuerda de su barrio, de su ciudad, de su familia, de su trabajo, de las decisiones que le llevaron a ese momento exacto. En realidad, no son pensamientos muy recurrentes…poco a poco su mente ha aprendido a esconder aquello que le hace daño.

Llega a la plaza para ocupar el frío banco de madera que ha sido su compañero durante los últimos meses. Saca un cartón de vino de la bolsa de papel que llevaba bajo el brazo, lo abre y echa el primer trago de la mañana. El alcohol casi se ha convertido en una extensión de su organismo, el tabaco en una extensión de su mano. Hacen que el día pase más rápido, hacen que todo se vuelva borroso.

Se siente tan solo que habla con todo aquel que se preste a escuchar alguna de sus historias entre las que, en ocasiones, deja entrever atisbos de lo que fue su vida y de lo que ahora es. Breves atisbos que hacen estremecer el oído de quien escucha.

En ocasiones llora, otras ríe, mientras la gente pasa a su alrededor mirándole, a veces con recelo, y a veces con compasión.

Sus mañanas y sus tardes desfilan ante sus ojos entre breves conversaciones, rápidos tragos y alguna lágrima que escapa, rebelde, recordándole quién es.


**Porque el señorín de la plaza de la facultad provoca en mí miradas de compasión y no recelo. Tal vez porque así veo su vida, tal vez porque esto es su realidad. Tal vez por un exceso de sensibilidad o por falta de juicio o quien sabe por falta de qué.
Un señorin que, con cada baile que protagoniza, me estremece un poquito más por dentro.

Llaves

La diminuta habitación se vio violentamente despojada de todo lo que poseía, y nunca supo por qué…

Rebuscaba precipitadamente en el fondo del cajón. Entre sus manos, papeles y sobres caían sin prisa en el suelo mientras sus ojos se encendían cada vez que creía haber encontrado algo valioso.
Tras llegar al fondo del cajón un resoplido inundó la habitación y, desesperado, miró a su alrededor para descubrir en qué había transformado el dormitorio. El suelo, convertido en un desierto formado por hojas, periódicos y algún que otro disco antiguo, apenas permitía ver el color de la alfombra. Las dos puertas del armario abrían sus fauces de par en par dejando ver sendas hileras de perchas vacías. Perchas que, tras un implacable e iracundo saqueo, se habían visto desnudas, con la ropa amontonada a sus pies formando una pequeña montaña sobre la firme base que ofrecían sus zapatos

…raídos, deteriorados y gastados.

Toda la energía que le había llevado a desmontar el cuarto entero se desvaneció y, de repente, sintió como sus piernas flaqueaban y una intensa debilidad se apoderaba de su cuerpo. Retrocedió un par de pasos hasta que su pie derecho tropezó con el borde de la cama, se inclinó y trató de sentarse en ella pero, al igual que el resto de la habitación, ésta no había escapado del ataque indiscriminado de toda clase de objetos. Sobre una colcha morada, más papeles de diferentes formas y colores, formaban un decorado que bien podría clasificarse de arte abstracto. Apartó un par de cuadernos y algunas hojas y se sentó, presa del miedo y la incertidumbre.
El teléfono empezó a sonar en la habitación de al lado, crispando más aún su ya delicado estado interior. La idea de responder al aparato ni siquiera cruzó su mente; sólo había dos opciones, por un lado quien llamaba podía ser un impaciente operador que intentaría convencerle para cambiar de compañía telefónica. Por otro, el constante timbre podía tener origen en el compañero de trabajo con quien compartía cada día el viaje en coche a la oficina. En realidad, ninguna de las dos opciones era buena.
Buscando las llaves para salir de casa en dirección al trabajo fue cuando esa horrible sensación lo desbordó expulsando al exterior toda la furia acumulada

…durante tanto tiempo.

Y en ese preciso momento había decidido no ir a trabajar, y era por ello que no le veía sentido a contestar el teléfono. Pero sí a desconectarlo.
Echó otro vistazo a su alrededor y, tras respirar profundamente un par de veces, apoyó las manos sobre la cama y tomó impulso para después levantarse suavemente. Caminó entre los papeles, pisándolos en algunas ocasiones y arrastrándolos bajo sus pies en otras.

…todo parecía insustancial, ínfimo, ridículo.

Atravesó la puerta y automáticamente giró a su derecha para entrar en la habitación contigua. Apenas estaba amueblada, sólo un solitario sofá acompañado de una pequeña mesita decoraban cuatro blancas y frías paredes. Ni siquiera unas cortinas impedían a los vecinos ser testigos de su triste existencia

…lúgubre, lamentable, trágica.

Desenchufó el cable del teléfono y, sólo entonces, reparó en el pequeño y único cajón que poseía la mesita. Lentamente, todo su cuerpo se orientó en dirección al pequeño mueble junto al cual había dormido tantas veces. Alargó la mano suavemente y tiró del cajón asomándose a su interior. Allí, en el fondo, una esquina verde asomaba entre una calculadora, un cargador de móvil y un par de libros. Introdujo la mano y, cuando tiró de él, un arrugado y marchito sobre se dejó ver. Sobre que había conseguido olvidar por tanto tiempo y que había vuelto a su memoria sólo por el simple hecho de no encontrar su llavero.

…desastrosa fatalidad...

Sus manos, acostumbradas a manejar aquel pequeño trozo de papel, realizaron los mecánicos movimientos que apenas se habían oxidado con el tiempo. La fina y delicada hoja le golpeó la memoria como si de un taladro se tratara al enseñarle la cuidada caligrafía que tanto se había esforzado en olvidar.

…casi conservaba su olor en el interior.

Quédate

La rectangular ventana de la puerta emitía una luz mortecina que iluminaba mustiamente una esquina del suelo. La puerta, entreabierta, dejaba escapar sonidos enlatados de ordenador intercalados con sordas carcajadas que retumbaban en la garganta de un espectador ansioso por descubrir algo original entre la monotonía de la programación matinal.

Desde el pasillo, la joven, cabizbaja y nerviosa, echó un rápido vistazo al interior para asegurarse de que no había nadie más y, tras respirar hondo un par de veces, llamó a la puerta, pasando a su interior tras oír un leve “pase” que la invitaba a entrar.

Una vez dentro, sólo el incesante ruido de la lluvia en el tejado los acompañaba. Eso, y la irritante voz del presentador de un programa que prometía a su audiencia un sinfín de experiencias únicas que sólo vivirían si se quedaban pegados al televisor.

Una mano alcanzó el interruptor que apagaba el aparato…

Ipod Review II. Russian Red

Russian Red es Lourdes Hernández, madrileña de 22 años que lleva en la música desde los 16, pegando brincos por el myspace, y llegando a la fama este último año con su disco "I love your glasses".
En su myspace podeis escuchar sus canciones de estudio, así que, para no repetir, aquí os dejo un video de ella en directo cantando "timing is crucial".
Además de cantar, Lourdes es la imagen de la marca de ropa KLING, y su música ya se ha oído en más de una película y algún que otro anuncio como el de Häagen Dazs. Y, todavía más, Russian Red forma parte del movimiento Live in the Living, en el que diferentes grupos ofrecen conciertos en salones de casas particulares.
*Timing is crucial, por Russian Red

*Anuncio Häagen Dazs

**No te la pierdas el 25 de noviembre en el festival internacional de cine de Gijón.

Tu pupila

Tu pupila ya no se clava en mi pupila mientras preguntas qué es poesía.

No se queda a la puerta esperando permiso para entrar.

No lo hace porque cree que puede llegar más allá, que puede atravesar y romper cualquier barrera de mi cuerpo.

Tu pupila es ahora un martillo que, de tanto golpear el mismo punto, ha dejado una marca con la forma de tu rostro en cada rincón de mi ser.

Impidiendo el paso de la mía a cualquier parte de tu cuerpo, tu pupila se las ingenia para abrir las puertas en mi interior.

Tu pupila me ha hipnotizado y te ha hecho presente en mis sueños, en mis pensamientos, en los rostros de aquellos que me miran y en mi propio reflejo ante el espejo.

Tu pupila no me deja vivir. Tu pupila no tiene dueño…





**Seamos finalistas y otorguémosle a la pupila malas intenciones, deseos y propósitos…¿por qué no?…

La verdad sobre la mitología

Cuenta la leyenda que existen unos seres capaces de desentrañar los secretos más profundos de los Diseños Experimentales. Se dice de ellos que cabalgan a lomos de unicornios voladores y, al igual que el dios romano Jano, poseen dos caras; una de ellas continúa aumentando su saber sobre la ciencia que nos ocupa y la otra se dedica a buscar formas de complicarla aún más para que el número de mortales que consiguen comprenderla se vea más reducido.
También dice la leyenda que un día ésta segunda cara terminó de urdir su más maléfico plan. Así, estos seres decidieron bajar a la Tierra abandonando sus unicornios alados y transformándose en simpáticos profesores que lograrían confundir aún más a los alumnos empeñados en aumentar su saber científico.
Cuando llegaron a la Tierra, los centros educativos del mundo entero entraron en una época oscura y tenebrosa. La Psicología fue la que sufrió el peor desenlace. En las entrañas de ésta ciencia se creó una asignatura, solo una, que haría sufrir a los alumnos con la peor de las experiencias. Un encantador profesor se encargaría de impartir Diseños Experimentales por medio de llevaderas y sencillas clases haciendo creer a los alumnos que entendían lo que oían, pero éstos serían engañados pues, cuando sus ojos se toparan con el primer ejercicio práctico, comenzarían los primeros signos de demencia, los cuales se alargarían durante angustiosamente largos períodos de tiempo.
Algunos alumnos consiguieron vencer al profesor y entender la materia comprendida en la asignatura. Los mitológicos seres, al ver que algunos humanos les igualaban en conocimiento, decidieron hacerles partícipes de su secreto y así consiguieron su colaboración para mantener oculta la verdad sobre Diseños Experimentales.
Pero, si Ícaro no voló con unas alas de cera y Orpheo no perdió a su amada al mirar atrás en el Hades, debemos suponer que ninguno de estos seres existe, pues todos ellos pertenecen a la mitología. Por tanto, nadie en el mundo ha conseguido entender Diseños, por lo que nos vemos obligados a vagar en busca de una forma de sobrellevar esta gran asignatura protagonista de 3º de psicología.

**Excluyanse aquellos pertenecientes a la raza "gallegos" que ya sé que sois muy listos y vosotros sí lo entendéis ^^
**Demasiadas entradas académicas, lo sé. Ésta será la última por un tiempo...espero

La otra cara de la moneda

Igual que existe una ciencia que se ocupa del estudio de las diferencias individuales en la psicología, debería existir una que dedicara toda su energía a comprender porqué los malos profesores siguen empeñándose en ejercer la profesión quitándoles trabajo a todos los buenos docentes que andan sueltos. Si los alumnos hacen una encuesta al acabar cada asignatura para evaluar al profesor ¿por qué nadie les hace caso? Otra ciencia debería estudiar el agujero negro que se encarga de fagocitar esas encuestas de calidad porque, aparentemente, o no llegan a su destino, o su único objetivo es hacernos perder el tiempo.

Soy defensora acérrima de los profesores e, incluso de los que menos me gustan, intento ver su mejor lado. Y, por muy complicado que sea, siempre lo consigo. O al menos así era.

Pero un día, llegas a clase, te diriges segura y confiada a tu butaquita en primera fila y te sientas, dispuestísima a aprender [ lo cual, como diría José Carlos Núñez (un buen profesor de los de verdad) es uno de los tres pilares básicos para un buen aprendizaje] y de repente, sin previo aviso, el primer síntoma ya ha llegado. Cada medio minuto exacto consultas el reloj. MALA SEÑAL.

Primero piensas que es cosa tuya, y lo achacas a que has dormido poco o a que tienes hambre. Pero al día siguiente vuelve a pasar lo mismo y, no sólo eso, ésta vez también se añade un intenso deseo de pegarle una colleja bien dada al profesor. Qué raro! – piensas – nunca había tenido ganas de darle una colleja a un profesor. Intentas pensar que otras veces ya te ha caído mal un profesor y lo has superado pero, un tercer síntoma ya está asomando: cada vez que su mano toca tu mesa una rabia profunda y tan oscura como el señor (oscuro) Sauron recorre tus venas.

En fin, todo esto podría ser superado, y creedme cuando digo que tenía la firme intención de buscar algo bueno, pero todas mis buenas intenciones se desmoronan cuando, unido a todo esto, su fluido corporal con origen su boca y destino mi mesa/libreta/brazo cruzan mi campo visual.


Hasta Mafaldita se indigna por mí.

**Que sí, que ya sé que es una vergüenza criticar a un profe porque se le escapa un poco de salivilla al hablar...pero cuando no hay qué contar, se hace lo que se puede...

Villains



¿Sin Aliento?





...





...totalmente comprensible

What's going on in Angola

Se define alacridad como alegría y presteza del ánimo para hacer algo. Y qué gran palabro para describir la actitud con que se empieza "comparada".
Los alumnos odian que los profesores empiecen a dar clase el 1º día de curso; les gusta que el 1º día lo único que haga el profesor sea presentarse y contar algo de la asignatura.
Esto no es así con Psicología Comparada. El profesor se las apaña para conseguir mantener a sus alumnos atentos a lo largo de cada uno de los minutos que dura su clase. Y, durante todos esos minutos, nadie osa mirar el reloj, porque a nadie le importa qué hora es (al menos así funciona conmigo).
Por fín ha vuelto la gran frase, la mejor que oirás en toda la carrera de psicología si tienes la suerte de toparte con este profesor: "TODOS SOMOS BICHOS".
Esperemos que no tarde mucho en empezar sus relaciones entre psicología y el señor de los anillos, pues pocas hay tan geniales. Y esperemos, también, que siga deleitando a su público con frases del tipo:


Si puedes hacer experimentos en psicología, puedes hacer selección de personal. Porque selección de personal es una gran pijada!


Si todos los profesores fueran así...qué facil sería

Ipod Review I

Ipod review será la sección dedicada a la música en este blog. No es el título más original del mundo, lo sé, pero de esta forma todo el mundo sabrá qué se va a encontrar en una entrada con ese nombre.
Podrá hablar de música antigua, de música actual, de folk, de punk, de indie...de todo lo que se os ocurra...siempre y cuando sea música (lo cual ya es bastante).
Hoy voy a empezar sólo con una canción. Una que ya lleva cerca de 2 años en mi mp3 y de la que aún no me he cansado y dudo que me canse pues ya ha sido bautizada como track#2 en la banda sonora de York-2008 (algún día hablaré de la número 1).

Hey there Delilah, por la banda de Illinois Plain White T's

What on Earth?







Save your shows

¿De verdad hace falta semejante masacre televisiva para dar paso a cosas nuevas? Algún día hablaré de todas y cada una de ellas pero, por el momento, un recuerdito de grandes series canceladas.












Luz

La cegadora arrogancia de una página vacía inunda mi retina pidiéndome que escriba algo, lo que sea. Ese brillo incandescente taladra mi ser, lo llena, lo atosiga hasta destrozarlo. Y lo único que puedo hacer es sentarme con la vista fija ante una pantalla que se niega a facilitarme la tarea, y pensar, una y otra vez, cómo conseguir que las palabras formen una fila para salir ordenadamente en lugar de hacerlo de forma atropellada y sin sentido como tienen por costumbre.
Pero, qué ideas, palabras o pensamientos puedes esperar en un día negro, oscuro como el fondo de un armario, en el que la única luz que ves es el blanco de tus ojos reflejado en el espejo. Y ni siquiera ésta es una luz útil; al contrario, es una luz marchita, mustia, vidriosa y con pequeñas venas que la hacen aún más tétrica.
Y es en esa oscuridad que empiezas a ver formas; sombras y movimientos siniestros que te hacen encogerte sobre ti misma hasta que te conviertes en un bultito muy muy pequeño. Tan pequeño como un grano de arena.
Estás ahí; hecha un ovillo y metiendo la cabeza entre los brazos para comprobar que aquello que te asusta sigue ahí y, paulatinamente, te acostumbras; tu vista se hace más certera. Aquellas cosas que te asustaban se convierten en simples compañeros que están a tu alrededor y hacen de la oscuridad algo menos solitario. Así que empiezas a caminar, conociendo cada recoveco, cada esquina como si fuera la palma de tu mano; hasta el punto de estar a gusto en esa oscuridad que al principio te aterrorizaba. Hasta el punto de asustarte cuando, de golpe, vuelve la luz...si vuelve.

Aquello que nunca quisiste saber sobre mí y siempre evitaste preguntar.

- Mi odio a las arañas solo es superado por el que siento hacia las mariposas.
- Si pudiera, llenaría el mundo de gatitos, unicornios, erizos y ratitas de laboratorio.
- Una fijación extraña me hace centrar toda mi atención en las manos de las personas, y más concretamente en la forma en que las venas las recorren.
- Nada me agobia más que el tic-tac de un reloj.
- De todos los fenómenos psicológicos existentes en el mundo entero, mi favorito sin duda es el efecto placebo.
- Todos Somos Bichos. Sin más.
**Si te preguntas qué ha sido esto, no te preocupes, es normal. Puede que la mejor forma de contar ese conjunto de ideas inconexas no sea escupirlas así, de cualquier manera en una entradita bloggeriana pero a mí me gustó así que ahí se queda. Simplemente es un retazo de lo que implica ser yo**

Battle Against Butterflies

Hay días; momentos, en los que sin previo aviso se me viene una idea a la cabeza. Una idea que llevaba mucho tiempo escondida en lo más profundo de mi cerebro y que sin más, por algo oído o leído en una película, en una canción, en una conversación, en un libro o incluso en un anuncio, de repente ¡PAM! Ahí está, como si hubiera mojado una magdalena en un vaso de tila, mi mente se ve rodeada de pensamientos que llegan con la urgencia de un niño que tira de su madre para llegar antes a los columpios. Esas ideas tiran de mí, me hacen buscar un sitio donde guardarlas. Un sitio que las conserve intactas para que no vuelvan a la inconsciencia de la que vienen. Lo malo de los pensamientos es que no caben en una cajita, ni en un bolso, ni en un estuche. Ni siquiera en un armario. Por eso, dediqué varias semanas (incluso meses) a pensar el soporte ideal para estos pensamientos, y después de mucho cavilar llegué a la conclusión de que un blog era la opción adecuada para ellos.
Así que, sin más, presento BattleAgainstButterflies, lo que pretende ser un armario virtual en el que introducir las ideas que de vez en cuando iluminan mi pequeña mente con su presencia. No es un blog de cine, ni de literatura, ni de música, ni de series, ni de viajes, ni de ciudades aunque es probable que, en muchas ocasiones, algunos de esos temas ocupen muchas de las entradas que escriba.
Habiendo dejado claro que éste será un blog multitemático, me parece que no tengo más que decir. Así pues, queda abierta la veda para cualquiera que considere mi blog digno de su comentario.