No me quedan
cosas que decirte.
No me quedan
lágrimas que llorarte ni me quedan tampoco abrazos que regalarte.
No me quedan
fotos que mirar,
ni personas que
confundir contigo.
No me quedan
aventuras que contarte,
O música que
compartir contigo.
No me queda nada.
No me queda nada,
más que ganas de mirarte.
De recorrerte con
los ojos hasta que me sangren las pupilas.
De clavarme las
uñas en las úlceras de tu recuerdo. Y a lo mejor hurgar un poco.
No lo sé.
Me queda sólo un
agujero negro.
Una página en
blanco.
Y me quedan reproches.
Eso sí.
Eso siempre.
3 comentarios:
Creo que es momento de escribirle algo bello a alguien que lo merezca.
Un abrazo.
HD
Te queda mucho... Siempre queda algo, y la importancia de retenerlo depende de nosotros mismos. Te queda esa hoja en blanco, ese lienzo en el que hacer aún mas imperecedero ese amor cargado de dolor, resentimiento y rabia. Te queda el recuerdo de lo que (se) fue. Las cosas solamente se pierden cuando dejan de importar para siempre. Yo no te pierdo el rastro. Te dejo un abrazo. Uno de los grandes, de los que arreglan y reconfortan, de los que se sienten de verdad...
Hasta los reproches son una forma de mantener el recuerdo. O a esa conclusión he llegado. A veces no soltamos del recuerdo ciertas cosas no porque no podamos, si no porque no nos da la real gana. Supongo que reconocerlo es el primer paso para que cause menos dolor. Todos somos un poco masoquistas en estos temas.
Salud, abrazos.
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