Mi corazón arde y
hay un funeral en mi retina.
Una daga en mi
pecho y un bombardeo en mis oídos.
Tengo humo en la
nariz y ceniza en la garganta.
Crujidos bajo mis
pies y vacío a mi alrededor.
Atentados de
color rojo.
Lenguas que besan
el cielo.
Negro.
2 comentarios:
Luego dices que soy yo el que te mata...
A veces se escribe doloroso y triste pero eso no quiere decir que no haya partes de uno alegres y bonachonas. A veces el dolor y la tristeza en los poemas sirven para sacarlo de dentro de uno mismo y seguir sonriendo siempre.
Y este que has escrito a pesar de ser triste y doloroso, me gusta, porque sirve para curarme algunos dolores.
Abrazote.
Parece que el tiempo nos vuelve un poco más conscientes, un poco más tristes. Me has contagiado la ceniza en la boca, y eso que hace tiempo que no fumo, serán tus palabras calando en mis pulmones. Un abrazo.
Publicar un comentario