paraísos





Mi corazón arde y hay un funeral en mi retina. 

Una daga en mi pecho y un bombardeo en mis oídos.

Tengo humo en la nariz y ceniza en la garganta.


Crujidos bajo mis pies y vacío a mi alrededor. 

Atentados de color rojo. 

Lenguas que besan el cielo. 


Negro.

2 comentarios:

Óscar Sejas dijo...

Luego dices que soy yo el que te mata...

A veces se escribe doloroso y triste pero eso no quiere decir que no haya partes de uno alegres y bonachonas. A veces el dolor y la tristeza en los poemas sirven para sacarlo de dentro de uno mismo y seguir sonriendo siempre.

Y este que has escrito a pesar de ser triste y doloroso, me gusta, porque sirve para curarme algunos dolores.

Abrazote.

Laura M. dijo...

Parece que el tiempo nos vuelve un poco más conscientes, un poco más tristes. Me has contagiado la ceniza en la boca, y eso que hace tiempo que no fumo, serán tus palabras calando en mis pulmones. Un abrazo.