las cosas que nunca te digo


Tienes en la mirada la habilidad para derrumbar castillos.
En tu aliento la capacidad de desintegrar mis huesos.
Y en tu pelo el ingenio para enredarme sin remedio.

Tienes entre las uñas ápices de mis entrañas.
Entre los brazos nubes de mis recuerdos.
Y en tus palabras la llave de mi cordura.

Tienes entre cada pestaña la diana de mis pupilas.
En tu ombligo el telescopio por el que miro el firmamento.
Y en tu boca la solución para los problemas del mundo.

Tienes con tus besos el poder de demoler mis dilemas.
En tu sonrisa la alegría de mis días.
Y en tu pecho el refugio para mis horas tristes.

Tienes, entre las manos, el universo de mi vida.

4 comentarios:

Balagar dijo...

Ese hombre tiene que sentirse afortunado; pero tiene demasiado poder a mi entender. Como decían en una conocida película de animación: "Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad". Espero que sea lo suficientemente sensato como para retener a su lado a alguien como tú. Me gusta. Derrocha pasión y fuerza por los cuatro costados. Siempre me sorprende leerte, y siempre me voy de tu blog gratamente sorprendido.

Óscar Sejas dijo...

Quiero entenderlo como un poema al amor propio en el que cada uno es la persona más importante de su propio universo :-)

Esa es la magia de la literatura, que cada cual puede interpretarlo a su manera.

Me recordó algunas canciones y le he buscado una melodía, te quedó muy musical :-)

Abrazotes.

Aprilis dijo...

Pero tu de que te quejas... si tus entradas cada vez me desencajan más...
Qué grande Amara, me encanta... además, cada verso es mejor que el anterior, y lo tres últimos son demoledores... :-)

¿Oye, ya estás por Inglaterra :-O ? O es este jueves :-O

Unknown dijo...

Y yo que creía que había comentado...

Pues la verdad es que yo también me inclino a pensar un poco como Balagar. Me gustan estas clases de anatomía tuyas (me suena alguna anterior de hace mucho tiempo, ¿puede ser?), pero sin olvidarnos de nuestro propio cuerpo. Que ese rostro que mira, contempla y adora, no sea consumido por el ente observado, deseado, amado.

Un besote